La Habana, ese destino soñado por muchos y que puede ser posible con The Fun Plan. La capital de Cuba y su centro político y financiero es uno de los imprescindibles en un viaje por el país del Caribe, aunque a veces puede ser que el tiempo para recorrer sus calles sea limitado. Es por ello que os traemos una serie de recomendaciones para visitar La Habana en un día y no perderse los lugares más emblemáticos. ¿Comenzamos?
Por la mañana
El casco histórico de la ciudad se reduce a 4 kilómetros cuadrados de rincones especiales, museos, monumentos y calles con encanto que os enamorarán sin lugar a dudas. Sin embargo, si sólo disponéis de un día de visita, es recomendable organizarse una ruta con los lugares más importantes ya que verlo todo será prácticamente imposible. Comenzando por el mítico barrio de la Habana Vieja, la zona más restaurada, podéis tomar un café en el conocido Cafè de los Artistas para tomar fuerzas y marcar los puntos que queréis ver. En este sentido, podéis visitar la famosa Plaza de la Catedral, la Plaza de Armas, la de San Francisco y la Plaza Vieja. Y es qe pasear de día por sus cuatro plazas coloniales, conectadas entre sí por estrechas calles y encantadoras adoquinadas, no tiene precio.
Dónde come
Una opción recomendable es visitar los paladares, pequeños restaurantes cubanos que están repartidos por toda La Habana, como el San Cristóbal. Aunque la oferta gastronómica no es muy elevada, lo cierto es que el sabor es impresionante, por lo que merecen una visita. Entre los platos típicos, no os podéis marcar de Cuba sin probar su Ropa Vieja, el plato cubano más representativo, así como los Moros y Cristianos: en este caso, los frijoles negros son servidos con arroz blanco esponjoso. Además, para los vegetarianos la opción de yuca y una salsa especial de mojo resulta interesante.
Por la tarde
Después de dejar atrás La Habana Vieja, es momento de acercarse al Centro Habana para descubrir otros de los lugares únicos. Obligatorias son las paradas en la Universidad de La Habana y la Plaza de la Revolución con el famoso mural del Che Guevara y el Memorial a José Martí. No obstante, apurando un poco el paso podéis entrar en el Capitolio Nacional de Cuba, una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad muy similar al Capitolio de Washington. Además, podéis pasaros por el Museo de la Revolución y el de Bellas Artes para admirar la historia y la cultura cubanas. Ya hacia el atardecer, lo recomendable es pasear por el Malecón para observar uno de los mejores ocasos de vuestras vidas. Sus casi 8 kilómetros de longitud os parecerán eternos, pero cada uno de sus rincones esconderá una historia diferente.
Por la noche
En Cuba nunca faltará la fiesta y la diversión, de modo que la oferta nocturna será muy variada. Incluso no será necesario pisar un bar, ya que en muchas ocasiones la música se traslada a las calles a través de conciertos programados o improvisados. Sin embargo, algunos sitios recomendables son Tropicana, un cabaret al aire libre con música cubana y mucho colorido, o El Turquino, el mejo lugar para desgastarnos las caderas bailando salsa toda la noche.
Si estáis dispuestos a bailar salsa y a enamoraros de la Ropa Vieja, Cuba os está esperando al otro lado del charco. ¿A qué esperáis?